Hace un año, tras un concierto, Ignacio Jiménez, vecino de Manzanares, se ofreció a enseñarnos algunas canciones aprendidas de su madre. La investigación y la búsqueda de nuevos temas no es fácil, es necesario que los posibles informantes estén abiertos a trasladar su saber y eso ha hecho Ignacio. Puede que las canciones sean conocidas, ya sabemos que la música tradicional anda a sus anchas, pero es el canto que él aprendió de su madre y eso, generosamente, es lo que nos ha enseñado. Son dos canciones llenas de ironía y gracia. El tema recurrente de la dama y el segador y el de la moza avispada.
EL SEGADOR Y LA DAMA Romance recogido por AIRÉN, aportado por Ignacio Jiménez, de Manzanares;Adap. y arreglos: AIRÉN 2018
Oiga, usted, buen segador (bis) / ¿Quiere segar mi cebada? (bis)
Oiga, usted, buena señora (bis) /
-¿Dónde la tiene sembrada? (bis)
-No está en alto, ni está en bajo (bis) / ni tampoco en tierra llana (bis)
que está en medio dos columnas (bis) / que las sostiene mi alma (bis)
El segador, obediente (bis) / a la noche, fue a segarla (bis)
Y a esto de la media noche (bis) / diez gavilleros llevaba (bis)
Ya termina de segar (bis) / y la señora le paga (bis)
se lo envuelve en un pañuelo(bis) / que valía más el pañuelo,
que el dinero que llevaba. / Y la señora le dice (bis)
– ¿Volverá, usted, mañana? (bis)
– Sí, señora, volveré (bis) / pero serán las espaldas (bis)
A otro día por la mañana (bis) / “replicaban” las campanas (bis)
-¿Quién se ha muerto? ¿quién se ha muerto? (bis)
-El segador de la Olalla (bis)
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EL PINCHACITO
Recogida en Manzanares por Folk AIRÉN- 2018; Informante: Ignacio Jiménez León Adap. y arreglos: AIRÉN 2018
Una muchacha está mala, / la madre llorando está
y las vecinas decían: / “mala, está”, “mala está”, “mala está”
Llamaron al practicante / “pa” que le pinchara un pie.
La muchachita decía: / “¡pinche, usted!”, “¡pinche, usted!”, “¡pinche, usted!”
Y al pegar el pinchacito, / la aguja se le dobló,
la muchachita decía: / “¡qué dolor!”, ¡!qué dolor!”, “¡qué dolor!”
A esto de los cuatro meses, / la barriga se le hinchó
y a los nueve meses justos, / un chavalillo parió.
Unos dicen que es del cura, / otros, del apuntador
y la muchacha decía: / “de los dos”, “de los dos”, “de los dos”